Publicado en anuario de la Secretaría de Arte y Cultura de la UNLP.
“Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado o en el futuro”, dice el sacerdote jesuita Anthony de Mello. (1)
Desde septiembre de 2014, Paula Massarutti comenzó a visitar el Archivo Histórico de la Universidad Nacional de La Plata y a interesarse por las tareas que allí realizan las empleadas del mismo. Con el fin de realizar una obra que consistiría en un rodaje y la posterior realización de una pieza audiovisual, Paula planificó una serie de acciones que serían llevadas a cabo entre junio y agosto del 2015 por las archivistas / performers en el Patio del Rectorado de la UNLP, lugar donde funciona el Archivo. El rodaje tomaría una semana y el set de filmación sería construido utilizando los muebles y objetos del propio Archivo y su depósito. Durante la filmación, tareas usualmente llevadas a cabo por las trabajadoras, como el cosido de expedientes, el registro de los legajos del personal docente de la Universidad o el armado de actividades de difusión de la documentación resguardada, serian reemplazadas por otra serie de acciones, inventadas por la artista, que podrían pensarse como “absurdas” o “improductivas”, como por ejemplo, arrastrar montada en su silla de oficina con rueditas a una compañera a través del patio o utilizar los guantes de latex reglamentarios para inflarlos y hacer globos con ellos. Parecido al sentimiento que se vive cuando, llegado el último día de trabajo del año, los oficinistas hacen papel picado con el excedente de documentación acumulada, las constructoras del Archivo gozaron de una semana de actividades sin sentido, ilógicas e irracionales, pautadas por la artista.
Paula tituló Las constructoras a esta obra que contiene varias fases. En principio, el despliegue de una relación de confianza con las trabajadoras del Archivo que se dispusieron a colaborar con el proyecto; más tarde la instalación de un set de rodaje y la programación de una serie de “performances” que las archivistas llevarían a cabo guiadas por la artista, y por último la posterior edición del material audiovisual con el fin de producir tres videos relacionados entre sí: un retrato en planos cerrados de cada una de las archivistas, una serie de vistas objetivas de las instalaciones del Archivo y finalmente las acciones performáticas realizadas por las trabajadoras y grabadas en el Patio del Rectorado de la Universidad.
Las constructoras.
Las constructoras del Archivo ausentes en un futuro despoblado.
Las constructoras de una serie de caricaturas.
Aludiendo a la romántica noción a la que un Archivo por antonomasia apela, la idea de Las constructoras como demiurgas de la conservación de una documentación que se alza hacia el futuro, se basa en la creencia y la fe que supone que un otro lo va a necesitar o a querer decodificar. Así, estas trabajadoras, que con aplomo quitan ganchos metálicos y cintas adhesivas, ayudan a construir una historia. Parecería que la sola existencia de los archivos se fundamenta en la noción de progreso, entendiendo que la sumatoria de documentos sirve para aprender del pasado en vistas de generar un sentido del mismo y mejorar la condición humana (cabe mencionar que los archivos de las civilizaciones antiguas se hallaban en el recinto de los templos). Entonces, ¿que construyen Las constructoras del Archivo? ¿Están construyendo una ilusión de progreso?, ¿están construyendo la historia?, ¿están construyendo una versión de la realidad, ¿construyen esperanza en los pueblos venideros?, ¿construyen continuidad?
Frente a la propuesta de cortar con las actividades rutinarias del Archivo para, en un “aquí y ahora”, poner a las trabajadoras a realizar toda una serie de acciones inútiles, Paula parece hacerse eco de la noción de gasto improductivo (2). El derroche de la fuerza de trabajo y el despilfarro del tiempo es leído como algo insurrecto dentro de cualquier disciplina laboral y por eso la reivindicación de la inutilidad que surge de usar las instalaciones del Rectorado de la Universidad para realizar tareas divertidas como pasear en silla, es una manera de avistar la otra cara de la moneda a la que alude George Bataille en La parte maldita, cuando afirma que no existe ningún medio que permita definir lo que es útil a los hombres y que el sacrificio que supone un gasto improductivo o un derroche, contribuye a que la rueda del mundo siga girando. Para Bataille el ser humano necesita dilapidar inútilmente, de manera exuberante y más allá de los límites del mundo del trabajo con sus prohibiciones y tabúes, el excedente de energía que produce y que necesita para subsistir.
Así el Arte, con su potencial erótico-creativo se presenta frente a la gama de quehaceres mundanos, como un gasto improductivo en sí mismo. Si no fuese dentro de este marco, las constructoras no podrían realizar estas acciones “alocadas”. El Arte permite que situaciones que serían puestas en juicio en otros ámbitos, sean permitidas en su seno, encontrando un modo de existir en este intersticio. El arte convierte en lógico lo ilógico y hace visible otra realidad posible, la de la vivencia, por fuera de cualquier programa de realidad única. Esto hace pensar que el mundo de la realidad está poblado de categorías, medios y disciplinas que permiten e incentivan tipos de acciones y modos de comportarse. El Arte al igual que el Archivo, también construye, y le es lícito construir con otras herramientas y con otros fines.
A través de la herramienta del Arte, entonces, las constructoras ya no construyen el Archivo, sino que re-presentan la parte oculta que hace posible que el Archivo y la fe en el Archivo puedan existir. La representación / actuación que construyen las constructoras / performers alude a la irrealidad necesaria para que la realidad alcance su totalidad.
En este orden de ideas podemos citar el concepto de sombra de Carl Gustav Jung (3). “La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y lo que, sin embargo, una y otra vez le fuerza, directa o indirectamente (…). La sombra (…) es aquella personalidad oculta, reprimida, casi siempre de valor inferior y culpable que extiende sus últimas ramificaciones hasta el reino de los presentimientos animales y abarca, así, todo el aspecto histórico del inconsciente (…)”. Por momentos, fuera de toda construcción, podemos ser más amplios y avistar la posibilidad de la vivencia de una libertad sin miedos, de una totalidad de la existencia alejada de las proyecciones.
(1). Anthony de Mello, Autoliberación interior, Ed. Lumen Humanitas, 2008.
(2). Georges Bataille, La parte maldita, Ed. Las Cuarenta, 2007.
(3). C. G. Jung, Bewusstsein, Unbewusstes und Individuation, Zentralblatt für Psychotherapie.